Hace apenas unas semanas abrió sus puertas, en la reformada fábrica Gal en Alcalá de Henares, el museo de la Moto Made in Spain que expone más de 300 motos de nuestras icónicas marcas Montesa, Bultaco, Ossa, Derbi, Puch y muchas otras menos conocidas pero no menos importantes en el proceso de motorización de la población española en la segunda parte del siglo XX.

Era una visita que tenía anotada en mi agenda motera y solamente hacía falta marcar una fecha en el calendario y el sábado 5 de febrero de 2022 fue el día seleccionado.
La visita la hemos hecho de manera conjunta entre el MC Picnic y nuestros colegas de Aemotur; entre Ignacio Albisu en representación del MC Picnic y Javier Garmendia por parte de Aemotur, se han encargado de ponernos de acuerdo para realizar la visita al museo y de organizar la ruta motera hasta Colmenar de Oreja, al restaurante bodega Narciso Figueroa donde tiene lugar la comida de hermanamiento de ambos grupos moteros.


Como punto de partida, quedamos la mayoría de los integrantes de ambos en un gasolinera a la salida de Madrid, con el resto de los asistentes nos encontraríamos directamente en el exterior del propio museo alcalaíno, y tras los saludos previos, se puso en marcha la caravana motera en dirección al museo.


Fotos de rigor a la entrada del mismo y nos vamos para dentro que nos espera Juan José Blanco, el director del museo, para hacernos una ruta guiada.

Inicialmente accedemos a una primera sala donde nos encontramos con una gran pantalla con contenido audiovisual que nos informa sobre la evolución de la industria de la motocicleta en España y su importancia para motorizar a los españolitos de a pie de la posguerra y el desarrollo en las siguientes décadas.


A continuación entramos en la sala principal del museo donde se muestran ante nosotros gran parte de las más de 300 motocicletas expuestas en el museo.
Nos encontramos con todo tipo de modelos en perfecto estado de conservación y asistimos atentos a las explicaciones que nos ofrece Juanjo sobre cada una de ellas.


Llegamos a la zona central de la exposición donde entran en escena las máquinas con tanto éxito a nivel mundial tanto a nivel comercial como deportivo, ganando múltiples campeonatos en las disciplinas de enduro, trail y motocross en todos los rincones del mundo, fue sin duda la época dorada de nuestra industria motociclista.















Seguimos a la sala de motocicletas de competición donde destacan sobre manera la Ossa monocasco con la que compitió el malogrado Santiago Herrero; las Sirocco y Kobas del maestro Antonio Cobas, las balas rojas de Derbi y muchas otras famosas monturas más.


En el pasillo de salida, encontraremos las últimas monturas singulares, dos de ellas motocicletas del París Dakar y la Gas Gas de trail del pluricampeón Jordi Tarres.
Y justo antes de finalizar, una especie de kart de competición de Bultaco y un triciclo ideal para hacer una tranquila excursión y hacer un picnic en mitad de la nada.


Hemos estado un par de horas y parece que han sido apenas unos minutos, sin duda una magnífica experiencia y que repetiré en un futuro cercano para disfrutarla con más tiempo, pues son centenares las motocicletas expuestas, muchas de ellas con nombres míticos que nos traen grandes recuerdo de nuestra juventud como las Cota, Pursang, Cappra, Cobra,Streaker, Sherpa, Metralla, Impala y otras más.
Nos ataviamos de nuevo con el atuendo motero y nos subimos a nuestras motos para iniciar la ruta motera hacía Colmenar de Oreja; la ruta la iniciaremos por la alcarria alcalaína, nos introduciremos en la provincia de Guadalajara para volver a la Comunidad de Madrid por la comarca de Las Vegas, donde alternan los olivares con los campos de labranza y tierras de vides, pues estamos en zona de vinos de Madrid.

Llegamos al restaurante bodega Narciso Figueroa donde vamos a realizar la comida de hermanamiento entre los componentes asistentes de Aemotur y el MC Picnic; en el subsuelo del restaurante visitamos las cuevas excavadas hace 400 años y en cuyo interior se elaboraba y conservaba el vino antaño.




La comida la realizamos en una parte de la bodega adaptada para la restauración, donde comentamos detenidamente lo increíble que ha sido la visita al museo mientras llegan las diferentes viandas regadas por los vinos tinto y blanco de la propia bodega; siendo el plato estrella el llamado Cocido de los Segadores, que hace las delicias de los hambrientos moteros.




A los postres, se produce el momento del intercambio de presentes entre ambas comunidades moteras, acrecentando las risas y el buen rollo que nos ha acompañado durante toda esta magnífica jornada motera.


Charlamos de futuros planes moteros para realizar conjuntamente, donde la moto, la gastronomía y la camaradería sean los comunes denominadores y nos despedimos hasta la próxima ocasión.
Algunos de los asistentes no nos despedimos de Colmenar de Oreja sin dejar de visitar su preciosa plaza mayor, no tan famosa como la de la vecina Chinchón, pero igualmente recomendable de conocer.


En resumen, la visita al Museo de la Moto Made in Spain (https://motosmadeinspain.com/) es de obligada asistencia para todos aquellos moteros que peinan canas, o en mi caso que ya no me peino nada, pues van a experimentar unas sensaciones y mezcla de recuerdos de nuestra juventud motera; igualmente resulta también muy interesante para aquellos moteros más jóvenes que no vivieron esa época dorada de nuestra industria motociclista.

Igualmente agradecer a nuestros colegas de Aemotur del gran día motero que hemos tenido, pues lo hemos pasado fenomenal y seguro que no será la última vez.
Un resumen de la visita al museo
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