Cuando uno escucha La Rioja lo primero que se nos viene a la mente son sus famosos caldos elaborados en los viñedos y bodegas situados en la ribera del Ebro; pero además La Rioja tiene siete valles que alimentan al caudaloso río a través de sus respectivos afluentes.
Precisamente hace unos años coincidí en un pueblo de Cameros con José Ignacio Ceniceros, presidente entonces de la comunidad autónoma, y charlando con él le comenté sobre las espectaculares posibilidades que tienen estos valles riojanos para hacer rutas en moto y apoyar el turismo en esta zona tan poco conocida y despoblada de La Rioja y me dijo: “estate atento a próximas noticias, pues estamos trabajando en un proyecto que te va a encantar” y dicho y hecho, en octubre de 2018 se presentó la Ruta de los Tres Valles.

Esta ruta motera patrocinada desde la propia comunidad autónoma discurre por los valles de los ríos Leza, Iregua y Najerilla y en sus cerca de 190 kilómetros de recorrido se negocian más de 1.300 curvas, por lo que la diversión para los motociclistas está más que asegurada.
La ruta cuenta con señalización específica para motoristas en la que se recomienda la forma más adecuada de realizar la trazada en determinadas curvas; además dispone de señales verticales donde detallan a los usuarios la finalidad de estas medidas; también cuenta en determinados tramos de curvas de barreras de seguridad fabricadas con neumáticos usados que reducen la gravedad de las lesiones en caso de accidente; toda un apuesta en favor del colectivo motero.

Esta ruta motera la iniciamos desde Logroño en dirección a Ribafrecha en busca del río Leza; y a partir de aquí comienza la diversión, una ensalada de curvas lentas y medias con asfalto impecable que van a hacer las delicias de los moteros y tras algo más de 10 kilómetros llegamos al primer punto de parada del día en un lugar muy destacado.
Nos hemos adentrado en el espacio natural de las Peñas de Iregua, Leza y Jubero y a través de uno de sus desfiladeros rocosos llegamos al mirador del Cañón del Río Leza, que además de ofrecernos unas espectaculares vistas del propio cañón con sus grandes cortados de roca caliza que llegan hasta los 200 metros de altura, nos va a permitir ver cómo nos sobrevuelan decenas de buitres a escasos metros de nuestras cabezas.



Es a partir de este momento cuando nos adentramos en el Camero Viejo y remontando el curso del río Leza atravesaremos diferentes pueblos singulares que casi siempre llevan asociada la palabra Cameros en su nombre (Soto, San Román, Jalón, Cabezón y Laguna)
La ruta original nos llevaría desde Jalón, a través del puerto de la Rasa (1.420 m), hasta el valle del Iregua; pero me tomo la licencia de alterar la ruta y continuar por la LR250 en dirección sur hacia el puerto de Sancho Leza (1.390 m) para ingresar en el Camero Nuevo.

Desde Laguna de Cameros hasta llegar al embalse de Pajares la carretera además de estrecharse se ha bacheado de manera importante, pero merece muy mucho recorrer este tramo por su belleza natural y las vistas que nos ofrece durante su recorrido.
Circulamos a través de la sinuosa nacional N111 en busca del río Iregua y nos desviamos para retomar la ruta original por la carretera LR333 hacia Villoslada de Cameros, donde se encuentra el centro de interpretación del Parque Natural Sierra Cebollera.
Tenemos la opción de introducirnos en el corazón del parque yendo a visitar la ermita de la Virgen de Lomos de Orio, son apenas 9 kilómetros de preciosa ascensión y que nos recompensará con unos preciosos paisajes.
Continuamos ruta desde Villoslada atravesando un hayedo hacia Montenegro de Cameros, que a pesar de su nombre se encuentra en la provincia de Soria; iniciamos el ascenso al puerto de Montenegro (1.592 m), el cual nos introduce de nuevo en La Rioja; atentos al ganado vacuno y caballar suelto por la carretera y por lo tanto a los excrementos repartidos a lo largo de este tramo.




Parada obligada en la cumbre para admirar los Picos de Urbión, Santa Inés, el Castillo de Vinuesa y la Sierra de la Demanda, en resumen unas vistas increíbles en 360º

Nos introducimos en la comarca de las 7 Villas, primero con un fuerte descenso por un frondoso hayedo y a continuación por un estrecho cañón que nos obliga a extremar la precaución por los desprendimientos de pequeñas rocas de sus verticales paredes.
Llegamos a los muy bellos pueblos de las Viniegras (de Arriba y de Abajo) y posteriormente a la Venta de Goyo, lugar indicado donde hacer parada para calmar la sed y apetito con los típicos manjares riojanos, pues dispone de una bonita terraza sobre la ribera del río Najerilla, pues ya nos encontramos en el tercer valle de la ruta.
Una vez avituallados emprendemos la marcha por la LR113 en un festival de curvas y buen asfalto que nos lleva en busca de otro lugar imprescindible de visita, el Monasterio de Nuestra Señora de Valvanera, al cual accederemos desviandonos apenas 5 kilómetros.
Esta abadía benedictina situada en la comarca de Anguiano se ubica en un frondoso enclave natural de la Sierra de la Demanda y alberga a la patrona de La Rioja; el propio monasterio dispone de hospedería, lo que convierte el enclave en un lugar ideal para hacer parada y fonda durante la ruta.


Nuevamente en marcha, me vuelvo a permitir alterar la ruta original que nos llevaría siguiendo el curso del río Najerilla, hasta la población de Nájera; pero en nuestro caso volveremos apenas unos kilómetros sobre nuestros pasos para nuevamente dirigirnos al Camero Nuevo, a través del cañón formado por el río Brieva y que nos lleva a la población de Brieva de Cameros.
Resulta interesante su museo Rancho de esquileo, pues antaño era y aún es una población muy vinculada a la trashumancia, llegando a tener hasta 30.000 cabezas ovinas en el siglo XVIII.


Nada más abandonar el pequeño núcleo urbano, comenzamos el ascenso al 3er puerto del día, Peña Hincada también conocido como Canto Hincado (1.412 m), con un tramo inicial de alto desnivel e irregular asfalto y que nos ofrece durante toda la subida unas increíbles vistas panorámicas del Cabezo del Santo, reconocida como una de las montañas más bonitas del La Rioja.


La bajada del puerto la realizamos entre frondosos bosques primero y preciosas vistas después hasta llegar a la bella y muy serrana Ortigosa de Cameros.
Ubicada en las laderas de un barranco, Ortigosa bien requiere una parada para admirar sus fantásticos puentes de hormigón uno y de hierro otro; recorrer los dos barrios situados en cada una de las laderas; sin olvidar visitar sus famosas cuevas, las grutas de la Viña y la Paz, situadas en el interior del macizo calcáreo que forma el barranco y que cuyo recorrido nos recompensa con la presencia multitud de estalactitas y estalagmitas, además de las caprichosas formas que se han ido creando a lo largo de miles de años.


Desde este punto, volvemos a la ruta original de los Tres Valles para encontrarnos con el embalse de González Lacasa, el cual dispone de un club náutico que nos ofrece la posibilidad tanto de darnos un baño en las amplias playas habilitadas al efecto, realizar distintas actividades acuáticas o bien disfrutar de las bellas vistas y entorno, tomando un refrigerio en la gran terraza del propio club.



Atravesamos la muy animada y turística población de El Rasillo, que cuenta con múltiples alojamientos rurales para quien quiera pasar unos días aprovechando todas las posibilidades que ofrece el Camero Nuevo y continuamos ruta hasta llegar a la nacional N111 y siguiendo el cauce del río Iregua, volver a nuestro punto de partida, la ciudad de Logroño.
Pinchos y vinos en los múltiples locales de las afamadas calles Laurel y San Juan para celebrar un gran día de ruta en moto y comentar todos los pormenores y anécdotas de esta magnífica Ruta los Tres Valles por La Rioja.
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