Las Navidades de 2020, a pesar de la pandemia, tuve el inmenso placer de celebrarlas en la isla de Lanzarote y por supuesto, no podía dejar pasar la oportunidad de rodar en moto por sus atractivas carreteras.
Además, por fortuna para mi y para desgracias de los conejeros, justamente en esas fechas se cerraron los vuelos desde el Reino Unido y eso provocó que la isla estuviera prácticamente vacía puesto que de turismo nacional, únicamente desde Madrid se podía volar a las Islas Canarias.
Buscando moto para hacer una ruta a dúo, la mejor opción que encuentro es una Suzuki V-Strom 650 que alquilo en Puerto del Carmen; puesto que el plan de ruta es a modo turisteo, las prestaciones de su voluntarioso motor son más que suficientes.
No voy a extenderme en describir Lanzarote, simplemente decir que me encanta su geomorfología, sus volcanes, sus playas, su geria, su blanca arquitectura, las obras de Cesar Manrique, su gastronomía, su vinos malvasía, sus rincones…. En definitiva, me encanta esta isla.
El día amanece soleado y se espera una temperatura de 17º y las habituales rachas de viento tan comunes en las islas más orientales de las Canarias; la moto la recogemos en Puerto del Carmén y nos ponemos en marcha.
Nuestro primer destino será Femés donde podemos admirar la blanquísima iglesia de San Martín del Rubicón del siglo XV, situada junto al mirador que desde sus 450m de altura, nos permite unas amplias vistas del macizo volcánico de Los Ajaches y la vecina Fuerteventura.


Retrocedemos nuestros pasos para dirigirnos a Yaiza y adentrarnos en el espectacular Parque Nacional de Timanfaya, con sus impresionantes mares de lava y rocas volcánicas a los bordes de la carretera.




Continuamos hacia la costa oeste de la isla, primero a La Santa desde cuyo malecón podemos observar la destreza de los surfistas deslizándose por las olas y después a Caleta de Famara donde haremos la primera parada del día para tomar un café en uno de sus bares surferos.


Reanudamos la marcha al borde de la famosa y extensa playa de Famara, si bien debemos extremar las precauciones por las fuertes rachas de viento que balancean de manera constante la moto y al mismo tiempo crean pequeñas dunas de arena que cubren el asfalto; la conducción en esta parte de la ruta nos obliga a mantener alerta todos los sentidos para evitar irnos al suelo.
Volvemos al interior de la isla en dirección a Teguise, antigua capital de la isla, donde nos recibe su bellísimo convento de San Francisco del siglo XVI, siempre vigilados desde la altura por el castillo de Santa Bárbara, fortaleza ubicada sobre un viejo volcán.
Seguimos hacia el norte, ascendiendo la carretera en busca de Haría y su valle de las 10.000 palmeras, donde el color verde gana terreno al suelo volcánico de la parte central de la isla.
Traspasada la población de Haría, nos desviamos por una estrecha y coqueta carretera que según ascendemos nos ofrece unas increíbles vistas de la llamada octava isla canaria (La Graciosa) y que termina en uno de los lugares más conocidos de Lanzarote, el mirador del Río, situado a 400 metros de altura en el Risco de Famara.

Seguimos recorriendo el norte de la isla y puesto que el hambre hace su aparición, volvemos al bello pueblo de Haría para comer en La Tegala, un centro socio cultural que nos ofrece una riquísima comida tradicional canaria.



La segunda parte de la ruta tiene por objeto recorrer la Geria, con sus múltiples hileras de hoyos cónicos profundos donde se plantan las vides y protegidos del viento por medias lunas de roca volcánica y que otorgan ese paisaje tan bello y tan característico de esta zona de la isla.


Sin duda el malvasía seco que producen sus bodegas es uno de vinos blancos preferidos, sino el que mas.


Atravesados viñedos y bodegas, nos vamos a El Golfo, de nuevo a la costa oeste, para visitar la Laguna de los Clicos, popularmente conocida como el Lago Verde; este nombre es debido al color verde del agua producido por su alto contenido de azufre y que junto con la oscura arena volcánica y el color marrón de las montañas que lo rodean, nos ofrece ese asombroso enclave natural.


Seguimos bordeando la costa hacía el sur por una preciosa carretera entre mares de lava para llegar a otro espectáculo de la naturaleza que son los Hervideros del Agua; se trata de múltiples cavidades formadas por lava y en las que cuando entra el agua de manera brava en días de oleaje sale expulsada hacia arriba formando los llamados hervideros; justamente este día y gracias al incómodo viento presente durante toda la jornada, el mar estaba revuelto y pudimos disfrutar de los hervideros en todo su esplendor.

La última atracción del día fueron las Salinas de Janudio, uno de los mejores lugares para disfrutar del atardecer en la isla.

Lanzarote para recorrerla en moto te ofrece un día de ruta fantástico, carreteras con perfecto asfalto y con un entorno visual impresionante y variado; tienes multitud de lugares singulares para admirar, una rica gastronomía para disfrutar y solamente dos posibles peros: el habitual viento que no hace cómoda la conducción y te obliga a mantener una constante atención a las traicioneras rachas y el tráfico de los turistas, al que debes ir vigilante por las posibles paradas imprevistas de los coches de alquiler; por suerte tuvimos escaso tráfico debido a la falta de turistas.
Deja una respuesta